sábado, 3 de noviembre de 2012

la formación de un grupo de mariachis en Copala, Jalisco.(1993)


Dinero Fresco para su Negocio
Algunas opciones de financiamiento para el emprendedor
Por Adriana Reyes y Mathilda West

 

Créditos en el Campo
Uno de los sectores que, históricamente, ha estado más alejado de cualquier tipo de financiamiento o acceso al crédito es el campo mexicano. Pese a los esfuerzos gubernamentales de la década de los 50 por crear un esquema de desarrollo para el campo, es este sector el que más padece de la falta de créditos para su desarrollo. ¿La razón? La creación de la llamada banca de desarrollo no logró -en la mayoría de los casos- más que enviciar la relación entre estado y productores, convirtiendo el flujo de créditos al campo en una relación paternalista que no dio los frutos esperados.

Hoy por hoy, el acceso a los servicios financieros formales es nulo, tanto por ubicación (la mayoría de los productores debe desplazarse entre cuatro y ocho horas para llegar a una sucursal bancaria), como por nivel de ingresos. El único servicio financiero asequible es el informal, familiar o de agiotistas. "El esquema de llevar financiamiento del Estado al productor mexicano tiene muchas rigideces", explica Antonio Ruiz García, director general de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, una asociación civil que, entre otros programas, está fomentando el acceso a créditos en el sector rural.

"Contrario a lo que mucha gente ha pensado por siglos (sobre todo los banqueros), el campo sí es rentable; los productores sí pagan, pues lo único que tienen es su prestigio. . . son buenos clientes. ¿Por qué no prestarles? "

Con esta premisa en mano, esta fundación apoyada por entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Konrad Adenaur, el sector privado y los gobiernos federal y estatal, se acercó en 1993, a la banca comercial y hoy, a través de un grupo de bancos privados, ha abierto líneas de crédito por diversos montos, dinero que, según Ruiz, las canaliza a financiar actividades productivas que sean autoliquidables.

"No somos una entidad financiera", aclara, pero explica que, adoptando la figura de una entidad parafinanciera, la Fundación tiene en la actualidad una capacidad de financiamiento de $100 millones y ha apoyado diversos proyectos en algunas zonas rurales; no solamente aquellos relacionados con la agricultura, sino proyectos que van desde la apertura de un taller mecánico hasta la formación de un grupo de mariachis en Copala, Jalisco. "Muchos creen que apoyar al campo es apoyar la producción agrícola; es verdad que el 90 por ciento de los créditos que otorgamos son para proyectos agropecuarios, pero el campo también requiere de servicios", explica.

Microcréditos en Guanajuato
A fines de 1996, el gobernador de Guanajuato, Vicente Fox, anunció la creación del Ahorro y Microcrédito Santa Fe de Guanajuato, una entidad no-lucrativa donde participan autoridades estatales e iniciativa privada y que tiene como objetivo otorgar créditos a todas aquellas familias que, tradicionalmente, están imposibilitadas para recibirlos por parta de las instituciones tradicionales (banca comercial y banca de desarrollo, concretamente). No se trata de subsidios, ni de dinero regalado, se trata de préstamos, con toda la responsabilidad que implica para ambas partes, acreedor y deudor.

Los créditos que otorga Santa Fe varían en su estructura y tamaño, pero todos tienen, como último fin, financiar alguna actividad productiva. Se otorgan a grupos de personas quienes reciben una capacitación previa, demuestren un ahorro periódico, además de que deben estar involucrados en alguna actividad económica; ya sea propia e independiente, o de carácter asociativo.

Estos créditos -dependiendo de la actividad- son escalonados a corto plazo, lo que permite que, una vez liquidado con oportunidad el primero de los préstamos, se vayan multiplicando los recursos a los que puede tener acceso. Los criterios son sencillos y la meta es una: que todas aquellas personas que tienen una actividad productiva, comercial o de servicio, y que jamás han tenido acceso a un financiamiento, ahora cuentan con esa oportunidad.

Este proyecto, que se inspiró en el Grameen Bank de Bangladesh (ver Una banca sui generis, Pág. 48) ha dado sus frutos en poco tiempo. A apenas un año y medio de su creación, ha otorgado más de 25 mil crédito y no se ha limitado al estado de Guanajuato, por el contrario, se a extendido a otras entidades de la República como Puebla, Baja California, Oaxaca, Nuevo León, Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Tabasco y Tamaulipas.

En el caso concreto de este programa de créditos, la mayoría de quienes se han beneficiado de éste son mujeres y es que, según un estudio del Sistema Estatal de Financiamiento al Desarrollo (SEFIDE), del total de los casos de usura, el 50 por ciento corresponde a mujeres cabezas de familia, que necesitaban de un pequeño capital para iniciar un negocio en ausencia de un hombre, o bien para apoyar con un ingreso extra. Los negocios que se pueden iniciar mediante estos créditos son de todo tipo, puede ser un taller de costura, una pequeña fábrica de alimentos, un taller mecánico o una microempresa rural.

Lo interesante de este tipo de microcréditos es que la tasa de recuperación es altísima; superior al 95 por ciento. Es decir, casi la totalidad de los créditos se liquidan.

 

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