Nuestra
querida “Hermana” y “Amiga”, Graciela Volpe descansa ya en el Señor, desde el
14 de enero de 2009.
Gachi, como cariñosamente la llamaron siempre su Familia y sus Amigas y Amigos, nació en Laredo, Texas el 17 de noviembre de 1932. Su familia se había trasladado a esta ciudad a raíz de los problemas políticos de México. Es importante señalar que, cuando las Religiosas del Sagrado Corazón dejaron Monterrey, por motivos de la persecución religiosa, Don Ludovico Volpe, su Papá –junto con otros señores de Monterrey- ayudaron eficazmente al paso de las religiosas a Estados Unidos y a su establecimiento en Laredo.
De
pequeña asistió al colegio de las Ursulinas, pues en el Sagrado Corazón no
había en ese momento sección de preescolar. Sus Papás, profundamente
religiosos, dieron sólidos cimientos a la FE y el AMOR que la acompañarán
siempre.
A los 5 años y medio hizo su Primera Comunión en nuestro Colegio, a donde la habían preparado con cariño y esmero para este momento en el que inició esa RELACIÓN APASIONADA CON JESÚS que será un rasgo distintivo de su vida. ¡Quién de nosotras: sus alumnas, compañeras, hermanas, amigas puede recordar a Gachi sin pensar en ese “estar enamorada profundamente de Jesús”!
A los 5 años y medio hizo su Primera Comunión en nuestro Colegio, a donde la habían preparado con cariño y esmero para este momento en el que inició esa RELACIÓN APASIONADA CON JESÚS que será un rasgo distintivo de su vida. ¡Quién de nosotras: sus alumnas, compañeras, hermanas, amigas puede recordar a Gachi sin pensar en ese “estar enamorada profundamente de Jesús”!
Poco
después su Familia regresó a Monterrey, y Gachi
estudió en el Instituto Mater desde primero de Primaria hasta Clase Superior.
Alegre,
llena de vitalidad, rodeada de amigas y amigos vivió intensamente su
adolescencia y juventud. A pesar de que la vida le ofrecía un sin fin de
posibilidades en el medio en que vivía, ESCUCHÓ EL LLAMADO DEL SEÑOR, y como
los discípulos del Lago de Genesaret “lo dejó todo y lo siguió”. Ingresó al
Noviciado el 25 de mayo de 1951 , a los 6 meses tomó el hábito, y el 5 de
diciembre de 1953 hizo sus Primeros Votos junto con Cristina
White, rscj,
a quien todas recordamos. Después de un año de estudios, fue destinada a
Monterrey, donde estuvo sólo por un año en el Instituto Mater, para venir a la
Ciudad de México en febrero de 1956.
,
en el Colegio de Plateros pasaría una larga etapa de su vida. Primero como
religiosa de Primeros Votos: fue vigilante de medianas, estudió su
Bachillerato, junto con las alumnas, “las niñas” que siempre la recordarán. En
1959 fue a Madrid, España para continuar sus estudios y después a Roma para
prepararse a su Profesión Perpetua que hizo el 10 de febrero de 1960. La historia
de amor entre Jesús y Graciela, iniciada desde su infancia, quedó sellada para
siempre. Ella misma diría cómo, aun en momentos difíciles y desconcertantes,
Nunca Dudó De Su Vocación Como Religiosa Del Sagrado Corazón.
Esa certeza del amor de Jesús supo contagiarla a todas las personas que
tuvieron la oportunidad de estar cerca de ella.
Una vez más vino al Colegio de México a terminar sus estudios de Bachillerato, e ingresó a la Universidad Iberoamericana a la Licenciatura en Filosofía, concluyendo felizmente con mención honorífica, su carrera.
Durante todos estos años prestó diversos servicios en el Colegio: Maestra de Clase, Vigilante de Medianas, Vigilante General, Maestra de Estudios, Encargada de 6º. De Bachillerato. Todas las alumnas de estos años la recordarán por su alegría y viveza, su guitarra y su canto, su profundidad y claridad de pensamiento, su fortaleza de voluntad, pero, sobre todo, su pasión por Jesús y el Evangelio. En este tiempo, estuvo también encargada de las religiosas jóvenes que venían a México a estudiar, en la etapa del juniorado.
En
1969 fue enviada a Monterrey, a donde fue directora del Instituto Mater hasta
1976. En estos años, vivió la experiencia de hacer un interesante aunque
doloroso proceso de entregar el Colegio a los Padres de Familia y a una nueva
Asociación Civil; como siempre, la vimos entera, generosa, comprometida,
buscando junto con otros y otras lo mejor para todos.
Participó en los inicios de la Universidad de Monterrey, aportando su claridad de mente, su firmeza de objetivos, su capacidad de relación para hacer posible la colaboración de las cuatro congregaciones religiosas fundadoras. Sobre todo, su vocación educadora encontró un cauce amplio y de respuesta a las llamadas del Concilio Vaticano II y a la Asamblea del Episcopado Latinoamericano en Medellín.
Participó en los inicios de la Universidad de Monterrey, aportando su claridad de mente, su firmeza de objetivos, su capacidad de relación para hacer posible la colaboración de las cuatro congregaciones religiosas fundadoras. Sobre todo, su vocación educadora encontró un cauce amplio y de respuesta a las llamadas del Concilio Vaticano II y a la Asamblea del Episcopado Latinoamericano en Medellín.
Fue
nombrada Superiora Provincial en mayo de 1976, y después de unos meses en
Cardonal, en el Mezquital, en marzo de 1977 inició este servicio, desde la
Ciudad de México; durante esta etapa, además de su entrega incondicional a la
Provincia de México, ejerció un significativo liderazgo entre las Superioras
Provinciales de toda América Latina, con las que estableció lazos de amistad y
compromiso que aun perduran. Participó en el Capítulo General de 1976, y en el Capítulo
General de 1982, — de donde salieron las Nuevas Constituciones de la Sociedad
del Sagrado Corazón — participó activamente en la comisión coordinadora.
En
1979, se celebró en la Casa de Santa Teresa, la ASAMBLEA DE PROVINCIALES a
nivel internacional, en la que se definió como una línea clara “la educación
para la justicia desde la fe”.
Mujer
generosa y profundamente apostólica, la congregación le agradece entre otras
muchas cosas, la fundación de la congregación en Nicaragua, para la que fue
capaz de convocar a las provincias de Latinoamérica y de Estados Unidos.
Habiendo acompañado a la fundación naciente en todo momento con valor y
cercanía.
Al
terminar su servicio como Provincial, estuvo en Brasil por seis meses, creando
un vínculo perdurable con la Provincia de este país. Sus
hermanas rscj
que han tenido la posibilidad de venir a México por diversas circunstancias, no
dejaron de visitarla estando ya enferma, recordando siempre los lazos
establecidos en aquellos meses inolvidables.
También estuvo unos meses en la Provincia de Venezuela vinculándose con las hermanas de esta Provincia que siempre la ha recordado.
También estuvo unos meses en la Provincia de Venezuela vinculándose con las hermanas de esta Provincia que siempre la ha recordado.
A
su regreso a México, compartió con la Comunidad de Copala, Jalisco su
creatividad y sentido del pobre. El proyecto de reconstrucción de viviendas y
la cooperativa le dieron la posibilidad de comprometerse en un trabajo serio y
lleno de dinamismo.
En
1988 se le pidió nuevamente el servicio en los Colegios. Fue llamada a ser
Directora del Colegio de San Luis Potosí.
Muchos
fueron sus aportes a lo largo de su vida, solamente mencionamos algunos de los
últimos años de su servicio en los Colegios: habiendo tenido la oportunidad en
diversas ocasiones de asistir en los Estados Unidos a la “Stuart Conference” y
estando en relación con la “Network” de esta Provincia, tuvo la visión e
impulsó grandemente la creación de la RED LATINOAMERICANA DE EDUCACIÓN FORMAL.
Apoyó creativamente la vinculación entre las Directoras de los Colegios de la
Provincia México/Nicaragua, de donde nacería la RED DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS
que ahora tenemos.
En
el año 2000, fue invitada para dictar la Conferencia Magistral sobre LAS LÍNEAS
FUERZA DE NUESTRA EDUCACIÓN, en el Congreso “Herencia y Horizonte” celebrado en
el mes de abril en la ciudad de México. Esta conferencia, verdaderamente
magistral, sigue siendo luz que ilumina el caminar de la educación en la
Provincia. Podríamos afirmar que es su testamento que queremos hacer vida, pues
como ella misma dijo al terminar: “herencia que no se trabaja, herencia que se
pierde”. Tres meses después, nuestra querida Gachi
sufrió su primer accidente cerebral.… Un camino diferente se abría para ella,
en el ocultamiento, la dependencia, la disminución, y dentro de este doloroso
sendero, una vez más, nos daría testimonio de su amor por Jesús, su humildad,
aceptación al querer de Dios, obediencia, ternura y cariño para todas. Mujer
profundamente relacional, siguió siendo para todas las personas que la rodeaban
un vínculo, una convocación, una experiencia de nuestra Misión de Manifestar el
Amor de Dios.
En estos 8 años y medio de enfermedad estuvo en la Casa Grande Guadalajara y en la Comunidad de San Pedro Garza García, N. L. El 4 de enero de este año tuvo una caída, a raíz de la cual Se fue Complicando su situación, después de 10 días de intenso dolor, nuestro Dios Padre/Madre la llevó para siempre a su Casa… ahí nos prepara una morada: sus antiguas alumnas y alumnos, los papás, sus hermanas, sus amigas, sus compañeras, su familia, todos podemos estar seguros de que junto con Magdalena Sofía, Mater y ese Jesús a quien amó apasionadamente, nos espera …y nos dirá: “bienvenida”, “Tenía muchas ganas de verte”, “Tenemos que platicar” con esa capacidad de acogida que sostuvo hasta el final…
En estos 8 años y medio de enfermedad estuvo en la Casa Grande Guadalajara y en la Comunidad de San Pedro Garza García, N. L. El 4 de enero de este año tuvo una caída, a raíz de la cual Se fue Complicando su situación, después de 10 días de intenso dolor, nuestro Dios Padre/Madre la llevó para siempre a su Casa… ahí nos prepara una morada: sus antiguas alumnas y alumnos, los papás, sus hermanas, sus amigas, sus compañeras, su familia, todos podemos estar seguros de que junto con Magdalena Sofía, Mater y ese Jesús a quien amó apasionadamente, nos espera …y nos dirá: “bienvenida”, “Tenía muchas ganas de verte”, “Tenemos que platicar” con esa capacidad de acogida que sostuvo hasta el final…
Febrero de 2009
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